El beso

Náufragas del inconsciente

nuestras almas se perdieron

las olas las envolvieron

con dulzura de repente.

Y un lucero transparente

que quedó entre nubes preso,

entre nosotros fue un nexo

de amor con la creación

como una bella canción

que llegó en forma de un beso.

SILENCIO QUE MATA

Silencio, no digas nada

que las arpías te acechan

para roer tus entrañas

y darte muerte certera.

Silencio, calla tu impulso

nunca digas lo que piensas

que la maldad es veneno

que te morderá la lengua.

Qué pena, que pena tienes

no queda sangre en tus venas

que te desangró la víbora

que te inoculó gangrena.

Te está asfixiando el silencio

nunca serás ya quien eras

y te mueres poco a poco

de callarte tanta pena

Llevas clavado un puñal

que te hiere y te atormenta

de tanto y tanto silencio

que te hunde y te encarcela.

Qué silencio tan amargo

ya se acabaron tus fuerzas

tu garganta es un quejido

que de tristeza se quiebra.

Cupido bajó del cielo

Cupido bajó del cielo

a susurrarme al oído

que estabas de amor rendido

por el oro de mi pelo.

También dijo el picaruelo

que su flecha fue certera

y que antes de que te hiriera

ya suspirabas por mí,

y, de amor me derretí

en la llama de tu hoguera.

Oda a la sandía

Atractiva de color

refrescante y deliciosa

dulce, agradable y sabrosa 

un manantial de sabor.

Apacigua mi calor

y siempre me sabe a poca.

mi apetito se desboca

haciéndome estremecer

y me muero de placer

al deshacerse en mi boca.

Mi madre

 Mi madre me dio la vida

en un parto con dolor

y me dio todo su amor

hasta el día de su partida.

Te quiero madre querida

fuiste mi luz más inmensa.

Quedé vacía e indefensa

el día que subiste al cielo

dolorida y sin consuelo

muerta en vida de tristeza.

Con estos versos te envío

mi más sincero homenaje

recordando tu coraje

y tu corazón bravío.

El don de tu señorío

está en mi vida presente.

Mujer  sincera y valiente

siempre junto al que sufría.

¡Hoy quisiera madre mía

llenar de besos tu frente!

Los brazos del olvido

Lágrimas crudas y amargas

por tu incomprensión derramo

sin palabras tu reclamo

sobre mi pecho descargas.

Y con los días alargas

tu reproche sin sentido.

Fue como un dardo encendido

el que clavaste en mi vida

porque un día fui  vencida

por los brazos del olvido.

Con el alma dividida

 ¡Cuando un amigo te olvida

te invade la frialdad!

¡y dudas si fue verdad

o fue una amistad fingida!

Con el alma dividida

entre la duda navego,

y no entiendo el desapego

sin motivo ni razón

porque doy el corazón

cuando mi amistad entrego.

SOMOS EL DÍA Y LA NOCHE

Somos el día y la noche

somos la tierra y el cielo

yo soy agüita del río

y tú las alas del viento.

Somos almas diferentes,

cuando yo soy rayo y trueno

tú eres  nube que descarga

lluvia que apaga mi fuego.

Tú eres la hiel que envenena,

yo almíbar cuando te beso,

tú te alejas de mi vera

y yo cerquita te quiero.

Cuando no estás junto a mí

sueño tu boca y tu cuerpo

y agonizo en la prisión

de tus ojos embusteros.

Desde mi balcón

Desde mi balcón se ve el firmamento.

Esta noche está nublado y la luna se asoma entre las nubes

con su melena de escarcha al viento.

Nunca la vi tan hermosa.

La llamo una y mil veces, Luna, luna, luna…

pero ella no me hace caso porque sabe que le preguntaré

por la niña de nieve.

Sabe que mis lágrimas empañarán el cristalino de mis ojos

y no podré ver la cuna de plata que mecen las libélulas.

No es tu culpa

  En mi alma de ceniza calcinada

desgarran los gemidos de tu fuego

relámpagos que cortan la negrura

y estallan en mi vida como  truenos

De pámpano y durazno está mi vientre

esperando el ataque de los cuervos

que devoren las ansias que traspasan

los fríos y las nieves de mi invierno.

Las magnolias prolíficas florecen

entre las olas de tu ofrecimiento

oleaje bravío que se escapa

como susurro que se lleva el viento.

¡Cuánto frío soporta la amargura

que nace del insomnio y de mis miedos!

¡Cuánto frío soporta  mi tristeza,

cuánto daño flamea  por mi pecho!

No es tu culpa la sombra  de mis ojos,

ni es culpa tuya si de amor me muero

ni es tu culpa este llanto que me aqueja,

ni es la mía... si en sueños te deseo.

¿Quién soy yo?

¿Quién soy yo para darte mi opinión?
¡Nadie, yo no soy nadie, bien lo sé!
Mis impresiones siempre las tendré
entre las fibras de mi corazón.

Vive tu sueño, síguelo y disfruta
que nada empañe tu felicidad
y sigue siempre fiel a tu verdad
y que nadie te aparte de tu ruta.

¿Sonaron mis palabras intranquilas?
¡te aconsejé sin darme mucha cuenta!
¡Si opiné, de verdad que lo lamento!

Sólo pido… no estalles en tormenta
para que nunca empañe tus pupilas
lágrima alguna de remordimiento.

Celos

Relámpagos de celos obstinados

furiosos por mi cuerpo van corriendo

y en mi pecho cual potros desbocados

espinos de zarzales van tejiendo.

Hoguera  que no apaga ni tus besos

ni tus manos colmadas de ternura

ni tus ojos repletos de embelesos,

nada calma mi furia y mi locura.

Que malitos son estos celos míos

que no me dejan disfrutar tu amor

quién pudiera curar mis desvaríos.

Quién lograra sanarme de este mal,

quién pudiera calmarme este dolor

y arrancarme del pecho este puñal.

Mis ojos miran sin ver

Oscura tienes el alma

las manos tienes de hielo

por corazón una roca

más dura que el duro acero.

¿Quién te cristalizó en  piedra?

¿Qué sombra cubrió tu cielo?

¿Quién te convirtió en agrura

y te arrojó a los infiernos?

Dime: si es que lo recuerdas,

en qué lugar y momento,

quién te clavó el aguijón

y te inoculó veneno.

Tu mirada que era  miel

en odio la convirtieron
y yo que te quise tanto
reconocerla no puedo.

Mis ojos miran sin ver

están cansados y ciegos

porque sin querer, … los tuyos

se pierden en mi recuerdo.

Y ya  no me quedan fuerzas

para buscarlos, ni tiempo,

porque la noche es oscura

y la muerte está al acecho.

Cultivadora de tu huerto

Cultivadora soy de tu huerto  helado

la que fenece entre los matorrales

la espiga que sustenta los umbrales

de los fértiles surcos del pasado.

Soy la brizna de luz en tu almohada

llama fugaz que extinguirá en tu pecho

morir ansío próxima a tu lecho

en racimos de  versos engarzada.

Soy colibrí libando el jugo amargo

del fruto deleitable del sarmiento,

cóctel  de  hiel y arrope enmohecido.

Soy  retama que sufre en el letargo,

la que besa las lágrimas del viento

herida en las quimeras del olvido.

Sazón de un beso

Se columpian las copas de los pinos

que se yerguen punzantes como espadas

y se cubren con chispas irisadas

de rocío en conciertos matutinos.

Trina el aire con fuertes remolinos 

sacudiendo las últimas nevadas

y entre dos luces vuelan en bandadas

torrentes de aves como torbellinos.

En maridaje sobre los sembrados

la lluvia riega y baña la simiente

y brotan primaveras en los prados,

y así, brota mi otoño, flor de besos

de tu boca, que abrasa dulcemente

mis labios, y en los tuyos quedan presos.

Corazón

Tú eres mi fuerza y abrigo,

lo que más quiero en la vida,

mi bastión.

Quiero estar siempre contigo

y quererte sin medida,

corazón.

Acompáñame y procura

comprender mi desvarío

tan mundano.

Y en mi postrera aventura

no me sueltes, amor mío,

de tu mano.

Resuena en el mar bravío

Resuena en el mar bravío

un suspiro de tu boca,

¡qué felicidad provoca

dentro del  corazón mío!

Si no estás muero de frío

 por ti mi cuerpo tremola.

Y al son de una caracola

sola con mis fantasías

voy cabalgando utopías

en la cresta de una ola.

Volverá la palabra

 volverá la palabra

a mis labios resecos

que se están marchitando

por el paso del tiempo.

Y deliro en mis noches

que en tus brazos me enredo

y sanan mis heridas

el calor de tus besos.

Haycu

Cuando te sueño

tus frenéticas olas

me arremolinan.

Hayku

Hoy fui a tu playa

y una ola atrevida

lamió mis pies.

El calor de tu morada

El calor de tu morada

es el que alivia mis penas

y desata las cadenas

que me tienen amarrada.

El brillo de tu mirada

es fiebre en la cual navego.

Mi corazón loco y ciego

te ha levantado un altar

y en el templo de tu hogar

soy como un volcán de fuego.

Desnúdame con tus ojos

Quiero robar los secretos de tu cama

y esculpir un poema en el oro de tu piel,

quiero recorrerte con mis dedos

y que mis manos sean el cobijo de tu bravura.

Quiero elevarte hasta el delirio, amor,

desnúdame con tus ojos

y arropa  mi desnudez con tus labios.

Vibra al compás de las olas que inundan mi pasión,

ven, recorramos juntos la culminación de la dicha.

Enciéndeme con la llama de tu deseo

y que tu hoguera no se apague

hasta que jadeen las estrellas.

El amor

El amor es dulce viento 

y otras veces huracán

como lava de volcán 

que es belleza y es lamento

Es  un suave sentimiento 

que el corazón nos enciende.

 Es una llama que prende 

un palpitar que desvela, 

es libertad que encarcela 

y gozo que nos asciende.

El amor es un suspiro

que nos lleva a las alturas

un racimo de aventuras

una luz en el camino.

Es un límpido zafiro

un bebedizo que ensalma,

un mar bravío o en calma

es un vivir satisfecho

una punzada en el pecho

y una caricia en el alma.