en un parto con dolor
y me dio todo su amor
hasta el día de su partida.
Te quiero madre querida
fuiste mi luz más inmensa.
Quedé vacía e indefensa
el día que subiste al cielo
dolorida y sin consuelo
muerta en vida de tristeza.
Con estos versos te envío
mi más sincero homenaje
recordando tu coraje
y tu corazón bravío.
El don de tu señorío
está en mi vida presente.
Mujer sincera y
valiente
siempre junto al que sufría.
¡Hoy quisiera madre mía
llenar de besos tu frente!
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