Se columpian las copas de
los pinos
que se yerguen punzantes
como espadas
y se cubren con chispas
irisadas
de rocío en conciertos
matutinos.
Trina el aire con fuertes
remolinos
sacudiendo las últimas
nevadas
y entre dos luces vuelan
en bandadas
torrentes de aves como
torbellinos.
En maridaje sobre los
sembrados
la lluvia riega y baña la
simiente
y brotan primaveras en los
prados,
y así, brota mi otoño,
flor de besos
de tu boca, que abrasa
dulcemente
mis labios, y en los tuyos
quedan presos.
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