Sentí que me enamoraban,
con su elegancia y altura,
con su fineza y frescura
mi pasión la desataban.
¡Todas me los disputaban!
Nuestras pieles se rozaron;
mi deseo acrecentaron
y en nuestra primera fiesta,
la experiencia fue funesta,
¡Los pies, me los destrozaron!
De "De roca y yerbabuena"
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