El hastío navega por las venas
como lluvia monótona
y constante.
Nos llueven los
minutos y las horas
como un destino que nos lleva al fin
por ríos de doliente letanía.
Y, hoy, recuerdo
con tintes de nostalgia
cuando encendíamos con juramentos
y tactos concordados los velos de la noche.
2 comentarios:
Que la pasión y los sueños nos libren de ese hastío.
Preciosos versos Rosario
Muchas gracias, Antonio. Un abrazo.
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