viernes, 1 de marzo de 2024

El grito de la ira


 

Despertó el fantasma del encono y penetró en las venas como ascua incandescente.

Sucumbió el encanto en un segundo, en el tiempo que duró el grito de la ira.

La herida de la sangre goteó con un gorjeo silencioso,

como el aliento que se escapa por las rendijas de las entrañas y muere sin salir de los labios.

 

R. B.


 

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