Coronas de laureles me
ceñiste
la luna me alcanzaste en
un momento
de gemas me erigiste un
monumento
y un mundo sin fronteras me
ofreciste.
Mi voluntad de un sorbo la
absorbiste,
creyendo en tu palabra y juramento.
Tus promesas se fueron con
el viento
y en un cambio de rumbo me
vendiste.
Percibí de tus labios la
salmuera
padecieron los míos el
asombro
y tus farsas mi vida devastaron.
Las lágrimas tragué de mi
ceguera
el monumento se trocó en
escombro.
y mis cimientos se
desmoronaron.
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