CARMELA
Un claro de luz de luna
alumbraba nuestras caras
mientras contabas un cuento
y mis cabellos trenzabas.
Eras mi luz y mi guía
la que siempre me cuidaba
la que apartaba mis miedos
y de noche me abrazaba,
siempre unidas de la mano
en la alegría y en las penas
en los llantos y en las risas
y en todas las cosas buenas.
Hoy vienen a mi memoria
tantas cosas que pasamos,
en nuestra tierra de amor
tantos recuerdos pasados.
Entre rastrojos y olivos
en la siembra y en la era
entre amapolas y cardos
y al lado de unas candelas.
Y hoy quiero decirte hermana,
lo que nunca te dijera,
¡hermana, cuanto te quiero,
cuanto te quiero… Carmela!
R. Bersabé (2- 6- 2007
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