De entre las flores
recogen las abejas
polen y savia.

María José

Besé tu cara,
y el frío de la muerte
hirió mis labios.

Zuritas cantoras

Rondan entre los aromos
unas zuritas cantoras
acechando a todas horas
el vuelo de los palomos;
que portan sobre sus lomos
lindas plumas azuladas;
con sus alas desplegadas
con innatos coqueteos,
se escuchan sus aleteos
cuando vuelan en bandadas.



Y a estos hermosos palomos
que se pierden por las lomas
le acompañan las palomas
sosegadas, con aplomos.
Asemejan bellos cromos,
y apenas ha oscurecido
regresan todas al nido
a cuidar a los polluelos,
cuando allá arriba en los cielos
una estrella ha sonreído.

Cuando besas a tu nieto

Cuando besas a tu nieto

lo besas con todo el alma

pues los años traen la calma

de un sentir puro y completo.

Nos hacen sentir el reto

de vivir en plenitud,

nos devuelven la salud

y nos dan tanta alegría

que vivimos cada día

la segunda juventud.

Cristales opacos

Cristales opacos

que no dejan pasar la sombra del sauce de alabastro,

yo, pobre de mí, araño su corteza para escribir tu nombre

y un gotéo de sangre arruga mis manos,

trago el acíbar para no gritar mi desespero,

tú, ríes, ríes en el bosque enigmático

de los sueños inconfesables,

te difuminas, te evaporas

y a mis pies solo queda una losa

humedecida con sal y sangre.

LA SUEÑO

La sueño

Por ver su cara bendita

daría la vida entera
desde mi entraña sincera
adonde mi hálito habita;
sueño que una criaturita

corretea entre las flores,

que va ungida en resplandores
y a su espíritu inmortal
con acento celestial

le cantan los ruiseñores.

No quiero vivir llorando

NO QUIERO VIVIR LLORANDO

No quiero vivir llorando
porque la sangre me quema
no quiero seguir viviendo
con esta pena tan negra.
Con este remordimiento
que me corroe y me ciega
que me oprime y me tortura
Y sin cordura me deja.
Remordimientos del alma
que ni tu perdón consuela,
bifurcación de caminos
¡Por unirlos… qué no diera!
Llueven gotas de dolor
gotas de rabia que hielan,
son mis lágrimas baldías
que caen sobre la arena
de mi playa solitaria
en la que busco una estrella
que me ilumine en mis noches
y desate las cadenas
que me atan al recuerdo
de este dolor que lacera.

AGOSTO (2007)

Vientre de cristal

VIENTRE DE CRISTAL

En tu vientre de cristal
meces del amor el fruto,
en donde espera impoluto
que aparezca la señal;
y raje como puñal
con mil dolores tronando.
Luz nueva que va inundando
entendimiento y razón,
y latiendo al mismo son
dos corazones pujando.

Pasión

Nuestra pasión en escena
repleta de fantasía,
es como una profecía
una lágrima en la arena.
Un eslabón de cadena
nuestros cuerpos en unión,
y aunque duela el corazón,
seguiremos el camino
que dicte nuestro destino
sin más disimulación.

Las emociones florecen
en nuestras noches serenas,
mis penas ya no son penas
cuando mis brazos te mecen.
Nuestros cuerpos se estremecen
y echamos la cerradura,
dando paso a la locura
de este amor que nos desboca,
y el afán que nos provoca
cuando agarras mi cintura

Carmela

CARMELA

Un claro de luz de luna
alumbraba nuestras caras
mientras contabas un cuento
y mis cabellos trenzabas.

Eras mi luz y mi guía
la que siempre me cuidaba
la que apartaba mis miedos
y de noche me abrazaba,

siempre unidas de la mano
en la alegría y en las penas
en los llantos y en las risas
y en todas las cosas buenas.

Hoy vienen a mi memoria
tantas cosas que pasamos,
en nuestra tierra de amor
tantos recuerdos pasados.

Entre rastrojos y olivos
en la siembra y en la era
entre amapolas y cardos
y al lado de unas candelas.

Y hoy quiero decirte hermana,
lo que nunca te dijera,
¡hermana, cuanto te quiero,
cuanto te quiero… Carmela!

R. Bersabé (2- 6- 2007

Dueño de mi sino

DUEÑO DE MI SINO


Amor, tu alma es el espejo
donde se miran mis ojos,
donde guardo con cerrojos
sin condenas ni complejos;
y de puro antiguo, añejo,
el amor que me domina.
Porque nadie se imagina
que eres dueño de mi sino;
que en mi corazón cansino
tengo clavada una espina.

Mariposa

Astigitana

R. Bersabé