Qué triste viviría yo sin ti,
tú, siempre amigo,
siempre presente.
Me llevas de la
mano
a países remotos,
a sueños imposibles.
En un sólo momento, me revelas
el color de las estrellas,
el aroma de las cosas
y el sabor del durazno.
Me haces sentir el frío del Océano
la tibieza de sus playas,
la fragancia de las flores
y todos los matices del amor.
Contigo, río, canto, lloro, vibro.
Paso páginas del pasado, del presente,
y a veces del futuro.
Y con tu solo tacto soy feliz.
Y con tu solo tacto soy feliz.